Poemario “CALOSTRO”



I
En la brisa de mar,
Donde mis días parecen irse con el sol descubierto,
Y la sed vencedora de amargura,
Creando tardes de poco argumento,
Y naciendo las verdades desiertas,
Pensando en lo cruel que fui ayer o talvez hoy,
Con el delgado cielo que me acostumbra a alejarme de mi ser…
Comienzo a ver que,
En un lumbral de mi propio ser,
No acostumbro quedarme quieto,
Ni me asemejo a la posible nada,
Llevo quieto con escudos de pretextos,
Entre laureles de calles sin cobija,
O amargado en mi ceniza,
Es tan solo un comienzo,
De lo que fui y creo que seré.

II
De lo que fui y creo que seré,
Ahí estoy,
Perdiéndome en la abrazadera del pisco desnudo,
Cayendo en la cereza de belleza de aquellas piernas que me amarran sin decirme nada,
Fui a invitarle una mirada,
Y se tomó mi ser por un instante,
En tanto destierro de cuerpos,
Me quite el sombrero a tanto calor,
Pero fui constante,
A su esfuerzo detallado,
Fuimos noche,
Fuimos madrugada,
Pero todo acaba,
En las siete de la mañana,
Donde cada quien se aleja,
Del embarcadero descubierto,
Retirándonos sin recuerdo,
Con la sola despedida de un beso.

III
Con la sola despedida de un beso,
Y beso disuelto en la tormenta fría,
Se risueña en mimbres de miel,
Y el holocausto de mis sueños,
Se dejan ir,
Sin razón y sin ceniza,
Buscando un camino,
Pero llega el recuerdo de aquel beso,
Que se convirtió en vitriolo y destrucción,
Será que un beso vale más que mil palabras.

IV
Será que un beso vale más que mil palabras,
O que las costumbres deseosas sean razones de un fin,
Sin escape,
Esperando a lo quieto de perderme,
Solo el silencio y la imaginación,
Con la mujer que amarra mis piernas,
Con el bello abrazo de su ser,
Desintoxicándome de los arbustos del ayer,
Siempre quieto con el júbilo que empieza,
Tal vez me este enamorando o sea un suspiro por el reflejo de estar aquí,
Pero siempre acostumbrado a irme,
Me voy donde el deseo termina.

V
Me voy donde el deseo termina,
Y lo triste vuelve a ser descubierto,
Donde la soledad insulta lo que no domina,
Amaneciendo en mi cama fría,
Solitaria de ella y de mí mismo,
Solo está el cuerpo desierto,
Pasando el tiempo,
Tiempo a tiempo,
Amaneciendo y yo sediento,
Tal vez no haya sentido de ser,
O el ser no haya encontrado la brújula a tanto fin,
Como un pretexto para seguir,
O entender que mañana es mejor,
Siempre mejor.

VI
Siempre mejor,
Tal vez sea una actitud de fe,
De tanto amargo fruto,
De tanto despertar negro,
De tanta resaca solitaria,
De tanta melancolía descubierta,
Siempre mejor,
Siempre,
Amaneciendo en un día descubierto,
Con lo que se llama utopía.

VII
Con lo que se llama utopía,
Parece ser el horizonte de la nada,
Donde se sube,
Se sube,
Y nunca se llega a nada,
Tan solo es el horizonte,
Donde uno acostumbra ha seguir,
Y llega y llega,
Y solo es el horizonte,
Pero al ver atrás,
Se llegó donde no se pudo,
Donde parecía absurdo,
Parece que fue una utopía.

VIII
Parece que fue una utopía
Me quede preguntando,
Al viejo sabio del tiempo,
Y me indico que es ir,
Tan solo ir,
Al horizonte,
Pero yo solo ando esperando a la fe perdida,
Será que mi desesperanza de amor y de vivir sin tiempo,
Me aleja de la balanza,
De la que no se sabe nada,
Pero existe!!!
Como yo existo.

IX
Como yo existo,
No será nadie,
Y nadie será para mí,
El pasado me dejo con dudas,
Y el presente parece dejarme,
Ya no hay razones de ilusión,
Fui tan solo para mí,
Me ame como nadie más,
Pero el silencio me dejo con dolor,
Con fracasos en la orilla,
Y un mar que no quise echarme a nadar,
Ni estar con mi balsa.

X
Ni estar con mi balsa,
Aquella nube de madera,
Que me llevo con tiempo,
Con cruzadas y manos de crear,
Donde fue mi reflejo,
Mi nave de sueños,
Como el cuerpo,
Que solo es un material,
Lo verdadero es el alma.

XI
Lo verdadero es el alma,
Con la comprensión de ser
Creyendo o luchando,
O simplemente viviendo,
Naciendo en la luz u oscuridad,
O muriendo como parte de ella,
Será que todo es verdadero,
Y la mentira solo es un escudo de lo que existe,
Y no se quiere tener,
Pero hay vamos,
Con sueños disipados,
Con personas que van y se van,
Y no nos llevan a ningún lado,
Peor si es la amante perfecta,
Que solo le importa su belleza,
Y encontrar una razón o un momento de amor,
Parece que todo es verdadero,
Pero oculto bajo la mente y el corazón,
De lo todo y de un posible nada.

XII
De lo todo y de un posible nada,
Es como despertar y no disfrutar el día,
Sin silencio en cada madrugada,
O sin noches sin ir a dormir,
Tan solo es un regocijo del alma,
De lo que es y lo que hay,
Como el trasformador descubierto de un disfraz,
O el lamento de un día más,
No se trata de vivir por vivir,
Sino es la sorpresa de vivir un día más.

XIII
Sino es la sorpresa de vivir un día más,
y eso pasa cada día,
Donde uno amanece y se ve al espejo,
y va entendiendo que solo es amar,
Amar de uno mismo,
De tener amor propio,
Dejar lo que no crece,
y sembrar lo que más apetece,
Sin ser malo en el entierro distraído,
Donde el muerto se va al rio revuelto,
y la palabra de ser y fe,
Son sonajas a un bebe
Que solloza de un fin,
Cayendo en el abismo de ser alguien,
No aquel personaje sin capa,
Sino héroe de mi sueño.

XIV
Sino héroe de mi sueño,
Sentado en la montaña gris,
Al frente del mar,
En la tarde descubierta,
Donde el sol se ve radiante y se aleja,
En la mágica sombra de ver,
Donde el horizonte parece confundirme
Con la madrugada,
En ese preciso instante,
Se funden mis sueños,
Mis angustias
Y melancolías,
En aquella metalurgia de alma,
El alba parece estar descubierta,
De ser solo un momento perfecto,
Estructurado y funcionando,
En lo más hondo de mi ser,
Donde el sueño es realidad
Convirtiéndose en la lanza que nos manda a la eternidad.

XV
Convirtiéndose en la lanza que nos manda a la eternidad,
Hay ando,
Amando cada momento,
Cada paso,
En cada luna,
Y soy valiente en mi noche más oscura,
Donde la madre es el ángel vigía,
Que se vuelve la silla descubierta,
En tanta locura,
Trincheras de sueños,
Tal vez encontrando alegrías,
Es el mundo o el ahora,
Con la araña misteriosa,
Que anda,
Pasando en círculos,
Y soy el caído,
Amarrado,
Distraído,
Con palomas blancas que persiguen,
Pero viene el ángel vigía,
El arroz del ángel,
Que va deshaciendo la telaraña,
Y hay esta todo,
Solo mi sueño y mi mundo,
Tal vez un Dios,
Y un solo corazón,
Expresando lo que nace y derrama,
Con un poco de locura,
Y a la vez tranquilidad,
Solo es amor.

XVI
Solo es amor,
Esa pequeña palabra,
Ese pequeño milagro,
Esa diferencia de ser humano,
O de ser alma viva,
Sentimiento de luz,
Es todo,
Empieza por dentro,
Y termina en el viento,
Como un sueño descubierto,
Estoy aquí,
Con la nieve perpetua de amor,
Que no es el sustantivo o verbo
O el desastre de palabras,
Es solo tener el alma viva,
Ser parte de la ceniza,
Andar en el viento silvestre,
Es solo la cama escondida,
El solo ser,
El silbido del pajarillo despierto,
O la muerte solitaria,
La mujer descubierta,
La ayuda al niño con frio,
La política sincera,
El desprendimiento de todo,
Es solo amor,
Una verdadera razón.

XVII
Una verdadera razón,
Todo comenzaba
Todo terminaba,
Son las lágrimas que aferran
Que escupen al miedo,
Indicando el horizonte de la propia sima,
Con los duendes y los ángeles que van sonriendo,
Por qué se va encontrando lo imposible,
Lo que se rompe con la verdadera visión,
Son las razones que nos encierran
A la propia salida de nosotros mismos,
Al color de la propia raíz,
Es nuestra razón
Nuestro fundamento de seguir.

XVIII
Nuestro fundamento de seguir,
Es como estar en la madrugada al frente del mar,
Agradeciendo cada silencio, cada momento,
Con el sol naciendo,
La piel y el alma se van amando,
Creciendo,
Para ser el alba,
La costumbre descubierta,
El día se va haciendo,
Se va forjando como el mimbre,
Como la miel en el panal,
Y solo miel.

XIX
Y solo miel,
Como aquel dulce que se derrama,
Descubriendo el néctar de las flores,
Como la belleza de la naturaleza,
Que besa y a veces resfría,
Y se hace arte de tanto,
Nos trastoca con su semejanza a un placer,
Pero de tanto probar,
Empalaga y se pierde el deseo,
Por eso el tiempo,
Siempre hay que dejar,
Para regresar y volver amar,
Como lo nuevo,
Como congelando el deseo,
Para regresar,
Recogiendo la humedad de tanto amar.


XX
Recogiendo la humedad de tanto amar,
Con la adicción de tanto dar,
Momento de dios
O desfalco de un posible paraíso,
Pero al final,
Solo es llegar a la pequeña muerte,
Al regocijo de luz en unos segundos,
Donde se copula lo más humano,
El mecanismo frágil
Y estar sin cuidado,
Parece que un ser se anda formando,
Preguntando al alba,
Y ese mecanismo frágil,
Se va cayendo,
En lienzos
Y sonidos de fe,
Te convertí en arte.

XXI
Te convertí en arte,
Como un estandarte en cada luna,
Y se volvió locura,
O fiebre en razones,
Pero son mis ganas,
Las que te dieron fe,
Y tu caíste en cada rosa descubierta,
En cada poema sin ilusión, solo amor,
En cada madrugada,
Donde fuimos ruinas y un poco más,
Escondiendo nuestras razones,
Y piernas,
Son solo miradas sin palabras,
Es pintura regocijada,
Que más que describir este momento,
Es eso,
Describir lo que no se ve,
Lo que no se entiende,
Lo que es más allá de una simple disculpa,
Que más que la carne e ilusiones,
Es intimidación de razones,
Como creer en mí,
Y dejarte libre,
Y estas aquí.

XXII
Y estas aquí,
Tomando mi mano,
Mirándome de frente,
Quedándote en mi alma,
Dejando pasar el alba a una mañana,
Descubriendo mis secretos,
Trayendo fórmulas de felicidad,
Y sembrando la semilla de aquel árbol,
Parece que el camino se va aclarando,
O solo es una ilusión de amor,
Pero al fin y acabo es una bonita ilusión,
Creyendo en la bendición,
De la vida y el lago azul,
Amando y amando,
Con el silencio y estas aquí.

XXIII
Con el silencio y estas aquí,
Sorprendiéndome y alegrando mí ser,
Quiero compartir contigo mi fe,
Y un poquito de locura,
Y un poquito de lectura,
Quedándome dormido a tu lado,
Respirando el mismo oxígeno,
Temblando de amor,
Encontrando la semejanza distraída,
Pasan los segundos, horas y días
Y esos días se vuelven semanas y meses y solo tiempo,
…no te quiero perder.

XXIV
…no te quiero perder,
No te quiero, dejar de ver,
Quiero tenerte dentro de mí,
En el hogar de nuestra moral
Con sus cosas,
Con su cama tendida,
Y el desayuno preparado con sus cosas,
Guardándonos abrazos y besos para el almuerzo,
Y nuestros cuerpos y alma para la noche,
Será que el amor anda descubierto,
Y el placer es solo la esclava de aquel sentimiento,
Rendida a ella,
Y la reacción solo es un nacimiento,
De lo que uno se descuida o uno elige para dar,
…un mundo nuevo.

XXV
Un mundo nuevo,
O la matriz del alma descubierta,
Como aves en un bosque,
Recorriendo el rio,
Apareciendo en cada balsa,
Parece que la muerte se reviste de flores,
Y anda persiguiendo al rio,
Enseñándole que cada flor
Es un día que se vive con su propio esfuerzo,
Antojado en lo nuevo
O lo descubierto…
Es sorpresa!!!
Aparece el colibrí,
El pajarillo que se anda,
Que se sienta en las flores de la muerte,
Siendo el preciso momento de encontrar un mundo nuevo,
Donde el descanso descubierto
Y la locura sincera
Parecen encontrarse,
Armando aguaceros en el rio,
Sembrando mis semillas,
Aquellas que emergen y se andan con un poquito de Dios,
Parece que somos tres.

XXVI
Parece que somos tres!!!
Parece que el milagro ser vuelve ser,
Y el ser es cura de mi dolor,
El susurro de mi leyenda se vuelve amor,
Es mi hija,
Es mí despertar,
Construyéndome un pasado
Aliviando mi futuro,
Todo empezó!!!
Nació!!!



XXVII
Nació!!!
Aquel ser,
Aquel sueño,
Aquel milagro,
Aquel yo,
Donde todo lo olvida,
Donde deja el silencio,
Donde mis días se vuelven alegrías,
Y la convergencia es delgada y gruesa,
y existe rosas y flores amarillas,
Con luces azules,
en un camino blanco,
con balbuceos de vivir,
Reacciono mi espíritu,
Mi fe!!!

XXVIII
Mi fe!!!
Aquel remanso cordero,
Que me enseño lo de tanto,
Lo de menos,
Lo extraño,
Solo fue tener sol en el aire,
Acompañando al viento,
Condenándome al manto blanco,
Con la luz azul de mi silencio,
El poema se siembra en cada cemento,
Curando lo que se esconde el alma,
Se vuelve amor y tan solo se salva,
Con la luna,
Aquella compañera de ciudades,
Derribando estrellas,
O alimentando mitades,
Como la fruta que cae,
Madura,
Y todo pasa,
Todo cambia,
…Solo se transforma.

XXIX
Solo se trasforma,
Como tomarse una copa de alcohol,
Aquella de nos deja en resacas,
O la leche al queso,
Como nuestra ceniza,
Es nuestro camino,
Que no tiene fin,
Siempre hay un día y comienzo,
Que va más allá de nuestra sola existencia,
De nuestro verbo,
Solo el pensamiento,
El sentimiento,
Es lo que queda,
Tal vez los relojes sean necesarios en aeropuertos,
Pero al fin,
Todo se trasforma,
Y el hogar no es la casa,
Sino está en el alma,
Como el jardín que conduce a lugar donde están
Los seres queridos en donde soy feliz,
Hay me voy,
Feliz en sorpresas desviadas,
En días de amor y luchas que no alcanzan,
Vuelvo a mi hogar en casa.

XXX
Vuelvo a mi hogar en casa,
Y encuentro a la princesa azul,
Aquella que me regala la sonrisa
Aquella que con su rostro de seda
y su ternura me deja sin miedo,
Convirtiendo el viaje de la vida en un regalo,
Las dudas se dejan como imperdibles,
Tendidos en maleteras de vehículos,
Que solo salen cuando se les abre,
Y las monedas son estrellas de arte,
Solo llegar.

XXXI
Solo llegar,
Para abrazarte y besarte,
Pintándote el mundo entero,
Y demostrarte que soy un viajero,
Entre sueños y realidades,
Voy yo,
En noches de paso
O mañanas de silencio,
Estuve siempre andando pensando en ti,
En cada momento,
Verte crecer es mi bendición…
Y naciste para sujetar mi universo,
Y el calostro de tu madre salió,
A ti te alimento, a mí me curo,
Aquel calostro!!!

XXXII
Aquel calostro,
Que a la vuelta de mi corazón,
Me cubrió,
Como nube en la alegría,
La lluvia nacería,
Con la promesa de saber que soy más que viento,
Soy aquel sujeto que supo amor,
Se lleva una razón,
Y todo estalla,
Como selva en una madrugada,
Todo prefiero y encuentro,
Y el desafío al rastro de la esperanza,
Todo robo todo anda,
Es la calma de tanto amor.

XXXIII
Es la calma de tanto amor,
El perdón del pecado,
Y la amargura desierta que se deja en el muelle de la rivera,
Encontrando el porvenir en cada ventana
Y las puertas parecen reglas de imágenes,
Donde aparecen los guerreros vestidos de ángeles para un final,
Es solo la extensa libertad,
Convirtiendo cielos en cada infierno,
Solo es misterio de un desencuentro,
Es la belleza de un destino,
Y la fuerza de existir,
Reflejada en el testamento que salta,
Es solo un verso.
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